Tipos de ejercicios recomendados para personas con diabetes

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El ejercicio físico es uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la diabetes. Un ejercicio adecuado y regular conseguirá disminuir las dosis de insulina en la DM1 (Diabetes mellitus tipo 1) acompañado de una dieta adecuada, puede incluso ser suficiente para controlarla.

La actividad física es saludable, con independencia de si se padece o no de diabetes, pero en caso de padecerla el ejercicio no es opcional sino parte del tratamiento. Mantenerse activo ayuda a la persona a sentirse más en forma, y no solo eso, también más feliz y optimista, algo imprescindible cuando se padece diabetes, sobre todo entre los más jóvenes, porque al constatar día a día que se trata de una enfermedad, a veces no es aceptado por la persona, de forma que al padecimiento físico, propio de la enfermedad se añade el padecimiento anímico.  Aunque lo más importante es que el ejercicio ayuda a controlar los niveles de glucosa, y ayuda a reducir el peso, algo que es sumamente importante en la diabetes.

Algunas personas creen erróneamente que realizar ejercicio físico solo es ir en bicicleta, nadar o ir al gimnasio. En absoluto, subir escaleras, limpiar la casa, hacer la compra, cavar un huerto, cortar césped… además de ser tareas útiles son una actividad física inmejorable. No obstante en este apartado le sugeriremos cual es la forma de aprovechar el ejercicio con una persona con diabetes, y que precauciones en cuanto a la alimentación o la medicación se deben tomar al hacer ejercicio.

Ejercicio físico
Toda persona que padece de diabetes debe realizar algún tipo de ejercicio que, sin duda, le aportara grandes beneficios.

Beneficios.
  • Ayuda a logar  un mejor control metabólico a largo plazo
  • Disminuye las concentraciones de insulina en ayunas y después de las comidas.
  • Aumenta la sensibilidad a la insulina
  • Ayuda a la reducción de peso
  • Reduce los factores de riesgo cardiovascular: mejora el perfil de lípidos y reduce la hipertensión arterial
  • Mejora la función cardiovascular: reduce la frecuencia cardiaca en reposo, aumenta el volumen de sangre expulsada en cada contracción y disminuye el trabajo del corazón.

Elección del tipo de ejercicios
  • Indicados: Son preferibles aquellos ejercicios de intensidad moderada, aeróbicos y practicados de forma continuada. Son ejercicios que requieren una actividad suave pero sostenida como por ejemplo: caminar, nadar o pasear en bicicleta.

 No aconsejables:
  • Los ejercicios violentos, de resistencia, anaeróbicos y practicados en forma intermitente. Los esfuerzos musculares intensos y de corta duración, como por ejemplo el squash.
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  • Si se padece de una neuropatía diabética se debe limitar la práctica de ejercicios que sometan los pies a una presión excesiva como por ejemplo correr o tratar.
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  • La retinopatía diabética es una contraindicación absoluta para la práctica de deportes de contacto (boxeo, artes marciales etc)


Frecuencia y duración
Para la mayoría de las personas, si son mayores y no están habituadas al ejercicio físico lo más recomendable es:

Caminar de forma regular una o dos horas al día
Gimnasia, natación… una hora tres veces por semana o en días alternos.
Correr 30 minutos tres veces a la semana o en días alternos, si no se padece una neuropatía diabética   

Intensidad
Empezar con estiramientos, de esta forma se preparan los músculos para los ejercicios más intensos y se previenen las lesiones musculares. Terminar con ejercicios de flexibilidad y relajación.
El ejercicio debe practicarse hasta alcanzar un ligero cansancio, pero sin llegar a la extenuación. El dolor muscular es un signo de alarma al que debe prestarse atención, e indica que debe cesar el ejercicio.
 Frecuencia cardiaca, es una forma indirecta de calcular la intensidad que se debe imprimir al ejercicio físico, manteniendo los márgenes de seguridad, de forma que no sea un ejercicio extenuante, pero a la vez que fortaleza. La frecuencia se mide en latidos del corazón por minuto.
La Frecuencia máxima: El 75% de 220 – edad [(220 latidos/minuto – edad en años) x 0,75]. Ejemplo, una persona de 50 años: (220 latidos/minuto -50 años) x 0,75 =127-128 latidos/minuto. Es aconsejable detener o moderar un ejercicio que sobrepase la frecuencia máxima.
La frecuencia mínima: el 60% de 220 – edad  [(220 latidos/minuto – edad en años) x 0,60]. Ejemplo, una persona de 50 años: (220 latidos/minuto -50 años) x 0,60 =102 latidos/minuto. Un ejercicio que no alcance la frecuencia mínima, no cumple el objetivo de fortalecer el cuerpo.

PRECAUCIONES
Examinar los pies al terminar el ejercicio, en busca de heridas, ampollas o infecciones
Evitar el ejercicio físico si la diabetes esta descompensada, pues este puede deteriorar aún más la situación metabólica
Evitar la hipoglucemia.
Disminuir la dosis de insulina o hipoglucemiantes orales. Se puede reducir un 20%-50% la insulina    previa  si se prevé que va ser un ejercicio que intensidad elevada, o reducir solo la insulina que tiene la máxima acción durante el ejercicio.
Aumentar la ingesta de carbohidratos lo habitual es tomar algún alimento 30 minutos antes de iniciar el ejercicio aunque en ocasiones, dependiendo de la intensidad y duración del ejercicio puede ser aconsejable tomar algún alimento cada 30 minutos durante el ejercicio.

Programar el ejercicio: evitando las horas que coincidan con el máximo pico insulinico.
Controlar la glucemia: siempre se debe estar atento a posibles síntomas de una bajada leve de azúcar en la sangre (hipoglucemia): nauseas, hipertensión, sensación de mareo.
Ejercicio de intensidad suave: si fuera necesario medir los niveles de glucosa en la sangre (glucemia) antes de iniciar el ejercicio.
Ejercicio de intensidad moderada: medir los niveles de glucosa en sangre antes de iniciar el ejercicio y al finalizar.
Ejercicio de intensidad elevada: medir los niveles de glucosa en sangre antes de iniciar el ejercicio y al finalizar. En ocasiones por la duración excesiva del ejercicio, o porque la intensidad supera lo usual, es conveniente controlar la glucemia durante el ejercicio.

Evitar inyectar la insulina en el lugar más afectado por el esfuerzo.  


Dr. Ramón C. Gelabert-Editor 

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